Garra estuvo acompañado hasta el último aliento de vida por el sherpa Kheshap y otros dos miembros del equipo de rescate
Las complicadas condiciones en las que se encontraba Garra en el Himalaya, sin comida ni agua, mantuvieron en vilo a familiares, amigos montañeros y a toda la ciudad de Lleida, donde el trágico desenlace provocó una gran conmoción, sobre todo porque las últimas noticias sobre su estado hacían pensar que el rescate sería cuestión de horas.
Según informó la familia en un comunicado, Garra estuvo acompañado hasta el último aliento de vida por el sherpa Kheshap y otros dos miembros del equipo de rescate que, a primera hora de la tarde del domingo, consiguieron llegar hasta su posición y suministrarle hidratación, alimentos, ropa, medicación y, sobre todo, oxígeno.
Después de varios intentos fallidos de rescatarlo por aire, la segunda parte del plan era bajarlo a cuestas hasta el campo 3, donde las condiciones meteorológicas eran más favorables para la llegada del helicóptero.
La muerte sorprendió al alpinista leridano a más de 7.500 metros de altura cuando ya había iniciado un lento y dificultoso descenso. A pesar de su gran experiencia en situaciones límite, el alpinista no pudo superar el reto de pasar la cuarta noche allí.
Garra coronó el jueves el Dhaulagiri, su novena conquista de una cumbre de más de 8.000 metros, pero el resbalón de un sherpa durante los primeros momentos del descenso le hizo caer con tan mala fortuna que se rompió el tobillo, una circunstancia que le impidió caminar y continuar la bajada.
Fuente: Télam