La autora de "El acoso moral", un éxito de ventas que fue traducido a 24 idiomas, sostiene que los abusos de debilidad -cuando son utilizados como una dinámica recurrente- se terminan convirtiendo en una forma de abuso moral o coacción que traspasa "las fronteras de lo aceptable".
Hirigoyen rastrea los abusos cometidos contra las personas que están en situación de debilidad o que se sienten débiles aún sin serlo y que acaban permitiendo que otras personas se aprovechen de ellas.
Una mujer mayor que convierte a un joven en su heredero, un jefe que acosa a sus empleadas, un estafador que se aprovecha de la debilidad de una mujer para sacarle dinero o una esposa abandonada que persuade a sus hijos de que su padre no los quiere, son algunas de las situaciones que explora la autora en el libro, recién editado por Paidós.
"La manipulación se ha profesionalizado y globalizado en todos los ámbitos de la vida pública y privada, desde el político y financiero, hasta el empresarial, e incluso el familiar", señala la ensayista.
La psiquiatra define a las personas manipuladoras como "megalómanas, seductoras, con una gran capacidad de mentir y manipular el lenguaje, maestras en eufemismos y en las medias verdades".
Hirigoyen dedica un capítulo a los niños manipulados por sus padres en la instancia del divorcio "que aumenta desde que los hombres pueden acceder a su custodia", y aboga porque este delito esté penado y porque la justicia actúe pronto, para no dejarlos en situación de indefensión.
¿Cómo evitar que los aspectos más vulnerables de la personalidad sean (mal) aprovechados por el otro? La psicoanalista ofrece una serie de estrategias que consisten en desarrollar el espíritu crítico y otorgarse un espacio de reflexión interponiendo la pregunta ¿Esta situación me conviene o no?".
"Cuando estamos inmersos en una situación de manipulación, hay un momento en que no se entiende nada, entonces, hay que hablar con otra persona, distanciarse un poco para intentar ver las cosas de otra manera", explica la ensayista.
La autora de "Las nuevas soledades", "Mujeres maltratadas" y "El acoso moral en el trabajo" sostiene que este tipo de casos han aumentado considerablemente en las sociedades occidentales, aunque recién en los últimos años los estados han comenzado a implementar cambios en la legislación destinados a proteger a los ciudadanos más vulnerables.
La competitividad salvaje es, según Hirigoyen, uno de los elementos que más influyen en la adopción de estas actitudes, que en ocasiones se practican de forma inconsciente, tanto a nivel individual como corporativo.
Así como en una entrevista de trabajo se exageran los atributos del aspirante, también las empresas alteran los beneficios de un producto para posicionarse mejor: para la autora, estas "adulteraciones" se han convertido en la ley del mercado y empujan a muchas firmas a tomar empleados para obtener un provecho inmediato para luego desprenderse de ellos de las peores maneras.
La psiquiatra advierte la paradoja de que pese a vivir en una sociedad con libertades inéditas, el sistema termina propiciando conductas manipuladoras.
"Estamos muy condicionados por la uniformidad, vivimos en un mundo en el que prima la ambivalencia, es decir, a la vez que somos diferentes todos somos iguales, como si fuésemos un rebaño de ovejas", indica en "El abuso de la debilidad y otras manipulaciones".
¿Cuándo se trata de una influencia normal y cuándo comienza la manipulación? En ese sentido, Hirigoyen apela al concepto de consentimiento y las derivaciones de conductas calificadas a menudo de "inapropiadas", una palabra cuya imprecisión indica hasta qué punto estamos indefensos ante la cuestión de los límites.
La psiquiatra alerta también sobre la modalidad "cortoplacista" de obtener resultados inmediatos en lugar de pensar en el largo plazo: como consecuencia, sostiene, el ciudadano vive en una manipulación permanente que lo único que acaba produciendo es una "insatisfacción global de toda la ciudadanía".
Sin embargo, el panorama no es del todo desolador, ya que el status de víctima no es irreversible y puede superarse con la voluntad de afrontar el problema y la contención social pertinente.
Fuente: Télam
