"Todo se transforma a partir de los cambios que se registran en el mundo microbiano, que está en el planeta desde mucho antes que nosotros por lo tanto tiene una capacidad de adaptación mucho más veloz. Por otro lado también está nuestro propio cambio como seres humanos a la luz de variables como la cantidad de comidas por día y nuestros hábitos de compras", explica Koppmann a Télam, bioquímica y una de las autoras de Cazabacterias en la cocina.
"Las posibilidades tecnológicas han permitido que surjan microorganismos que antes no se manifestaban a través de los alimentos. A través de estos cambios en la forma de consumir y distribuir los alimentos les dimos una oportunidad para que aparezcan", analiza la fundadora de la Asociación Argentina de Gastronomía Molecular.
En Cazabacterias en la cocina (Siglo XXI editores) Koppman, Degrossi y Furman ofrecen un catálogo de cuidados para extremar las condiciones óptimas de los productos comestibles en el largo proceso que arranca en la compra y termina con la consumición -pasando por la conservación y la preparación o cocción- y evitar algunas de las tipologías encuadradas como ETA -enfermedades transmitidas por alimentos- que van desde el malestar ligero hasta trastornos que pueden derivar en enfermedades graves.
Fuente: Télam