Los familiares del niño se mostraron sorprendidos por el hecho porque, según indicaron, se trataba de un animal que nunca había tenido una reacción de este tipo, sino por el contrario, “jugaba todos los días con los chicos de la cuadra”.
El hecho se produjo aproximadamente a las dos de la tarde, en la calle 9, entre 110 y 111, del barrio Borges de esta ciudad, cuando Andrés caminaba por la vereda rumbo a la despensa para realizar los mandados que le habían encomendado, sin saber que sería víctima de la furia del animal.
“Primero me mostró el rostro y no me di cuenta de lo que tenía, pero después cuando llegamos a la sala de urgencia del hospital, realmente fue terrible. La herida es muy grande; yo le pregunté a los médicos si le va a quedar alguna cicatriz, y me dijeron que van a hacer lo posible para que no queden marcas”, contó a EL LIBERAL Julio Díaz, padrastro del niño, quien todavía no halla una explicación para la actitud del perro.
Al ver la sangre que corría por el rostro de Andrés, los familiares entraron en un estado de desesperación mientras aguardaban la llegada de la ambulancia. “Tenemos un hijo de 5 años que también solía jugar con ese perro, ahora me pongo a pensar que podía haber sido él también”, indicó y no descartó la posibilidad de llevar al niño hacia otros centro de salud de alta complejidad.
Por su parte, la madre del pequeño, María Lina Cordero, manifestó: “Por lo que me explicaron los médicos, le van a realizar un injerto en el labio, seguramente van a ser varias las cirugías, pero seguro que después de esta primera me darán novedades de la evolución”.
La mujer no logra comprender lo que sucedió con su hijo. El perro que reaccionó violentamente pertenecía a una vecina que nunca había tenido inconvenientes con el animal. “El siempre va a hacer los mandados, incluso a la misma vecina la ayuda, nos hemos sorprendido porque digamos que el perro lo conocía, pero ayer no sé qué pasó y no atacó”, manifestó.
Responsabilidad
Luego del hecho, los dueños del perro Dogo ofrecieron su ayuda a la familia Díaz y colaboraron en lo que fue la primera atención al niño, sin embargo, hasta el momento no se ha realizado ninguna denuncia formal del hecho.
“Hablamos con los vecinos pero no hubo problemas, ellos se hicieron cargo de la situación, todavía no se sabe qué harán con el perro después de esto”, añadió Cordero.
Para la familia Díaz, Andrés no solamente deberá recuperarse de las lesiones que dejó el ataque en su rostros, sino también superar el miedo que siente cada vez que cierra sus ojos y vuelve a recordar el episodio que pudo haberle costado la vida.
El matrimonio Díaz tiene cuatro hijos varones y una mujer. Viven en el barrio Borges a metros de la vivienda donde habita el violento perro que casi logra desfigurarle el rostro a uno de sus hijos.
Fuente/ elliberal.com.ar
PERIODISTA
Por: GUILLERMO BERRIER el 26-10-2009 a las 11:58