Si en la primera entrega, "teníamos que tantear el terreno, nos estábamos haciendo cargo de una herencia importante", dice a esta agencia Boverio, el segundo número se muestra consistente y dando pautas sobre el tratamiento de las temáticas y el formato que se usará para ese tratamiento.
Este segundo volumen también presenta -en páginas centrales e intentando un trabajo exhaustivo- un reportaje (excelente) al cineasta Nicolás Prividera y un especial dedicado al recientemente homenajeado por la BN, León Rozitchner.
"En el número anterior preguntábamos acerca de la entidad de una nueva época. Una pregunta urgente y necesariamente concatenada debiera dirigirse a la cuestión del sujeto", escribe el grupo responsable en la editorial.
"Porque si la época lleva la marca de la apertura, la novedad o la diferencia, eso sólo puede producirse a instancias de una ´voluntad´ que la impulse y sobre todo sea capaz de sostenerla y acrecentarla en el tiempo, ésa es la instancia del sujeto".
¿Por qué? ¿Ha retornado el sujeto? Pero no como unidad, es necesario aclarar, tampoco como ´origen´ o fundamento; ¿acaso como composición?; es posible. "El sujeto, en su retorno, vuelve como destino".
La afirmación se irá aclarando en las intervenciones de Adrián Cangi, Ariel Pennisi, Luciano Lutereau, Maximiliano Crespi, Gisela Catanzaro, Horacio González, Diego Tatián, Guillermo David, Nuria Brill, Verónica Gago, Diego Sztulwark, Javier Trímboli, Esteban Vernik y Gerardo Oviedo, entre otros.
"La recuperación de la politicidad del estado es una potencia imprescindible en la lucha contra las corporaciones, el mercado y las fuerzas de la reacción"."Sobre esa misma línea de tensión y a propósito del sujeto, es insoslayable que en el marco de las ´objetivaciones´, la reconfiguración de un tipo particular de estado tiene un protagonismo medular", escrien los miembros del grupo editor.
"La recuperación de la politicidad del estado es una potencia imprescindible en la lucha contra las corporaciones, el mercado y las fuerzas de la reacción".
"Y si bien es cierto que la extensión de los derechos transforma la vida política y la forma del estado (...) esto no necesariamente conduce a una democratización del estado y al mismo tiempo, nos hace insistir en la pregunta: ¿hay una subjetivación de esa potencia objetivada?".
Fuente: Télam