La performance integral fue un derroche de talento, de color y de dinamismo, resultado del trabajo en equipo y de muchos ensayos.
Todo el cuadro estuvo dedicado a contar y a cantarle a Catamarca, a través de su gente, de sus paisajes, de sus costumbres y, sobre todo, destacando al poncho como la prenda por excelencia de la identidad catamarqueña.
Los bailarines, encabezados por la pareja de Rita Soria y Pepe Díaz, fueron mostrando a través del lenguaje corporal las distintas etapas que supone la confección de un poncho, desde la esquila de las vicuñas, hasta el hilado, el urdido y el tejido de la prenda.
Mientras tanto, Itatí Álvarez, Emilio Morales, Noelia Tula, Cololo Macedo y Diego Marioni le ponían sus voces a zambas y vidalas bien catamarqueñas, acompañados de una banda de músicos y de sonidos murgueros que le daban un toque muy contemporáneo a la propuesta.
El espectáculo comenzó con “La Vidala de los Indios”, con la que se escenificó el chaku, ritual aborigen con el que se capturaba a las vicuñas para esquilarles el vellón. Luego siguió el hilado danzado del abrigo norteño al ritmo de la zamba “La Catamarqueña”, interpretada por Itatí Álvarez y Cololo Macedo.
Con su versión de “Vaya pa’ que sepa”, de Polo Giménez, Noelia Tula y Emilio Morales siguieron creando el clima de fiesta que se completaba con el despliegue de los bailarines y con un audiovisual que acompañó, segundo a segundo, toda la puesta.
La Academia El Gaucho, de Los Altos, mostró toda su fuerza y destreza con un malambo donde a la sincronía perfecta de los bailarines se sumó una interpretación contemporánea del género en la que se lucieron los músicos de la banda.
Los ecos del “Tun tun”, un bailecito de Manuel Acosta Villafañe interpretado por Diego Marioni primero y luego por las cinco voces que estaban en el escenario desataron la alegría del público y de los bailarines, que tejieron con sus cuerpos un poncho sobre el escenario.
El cierre fue una fiesta chayera en la que todos, músicos, cantantes, murgueros y bailarines, desbordaron el escenario con su energía carnavalera.
El aplauso sobrevino, inmediato y prolongado, por parte de los presentes, que terminaron vivando junto a los artistas “¡Catamarca, Catamarca!”.
La propuesta artística, organizada por la Secretaría de Cultura, fue parte de un homenaje a la Virgen del Valle, en el marco de sus festividades. Por eso, la apertura de la velada estuvo a cargo de la cooperativa artística El Taller que, dirigida por Héctor Pianetti, presentó el espectáculo “Milagros y Devociones de la Virgen del Valle”.
En formato de radioteatro, alrededor de quince actores en escena, guiados por el relato de los locutores Ricardo Jeréz y Ariel Molina, presentaron dos de los milagros que se le atribuyen a la Morena del valle: el de la cadena y el de la desaparición de su urna.
Aclaración
La Secretaría de Cultura aclara que, cuando se informó acerca de la realización del espectáculo “Catamarca con Vuelo Propio”, se deslizó un error entre los nombres integrantes de la banda de músicos que participan de la puesta. Donde decía Lulo Nieto, debió decir Lulo Machado. Pedimos las disculpas del caso a la familia del reconocido actor, fallecido recientemente, por este error involuntario.