"Se trata del modelo de tercera persona omnisciente que, sin embargo, alrededor de la página 70, cambia y te encontrás con que el narrador habla de sí mismo. Eso es una lección de escritura, porque habla de otro yo, uno que está detrás, y ahí no te aburris nunca", sostuvo el escritor.
Y luego, hablando de los procedimientos de Dostoievski, señaló que "en principio es muy difícil hablar de un autor en general porque si bien muchos de los aspectos de una obra se tocan con otra, es un problema pensar que el autor está adelante de los mundos que crea".
"Hay una novela menor de Dostoievski que es ´El jugador´, que de hecho te das cuenta que la escribió apurada para ganarse el pan y, además, trata el mismo tema por el cual tiene que ganarse el pan: su adicción al juego, hace de ese problema una materia de la novela", explicó Havilio.
Y afirmó que uno de sus textos más disfrutables es "El idiota", "pienso que se está tocando todo el tiempo con ´El Quijote´, y lo interesante de ese libro es que el personaje principal de repente deja de ser protagonista; hay seis capítulos donde el tipo no aparece más; ahí ves al autor, te lo imaginás escribiendo, y también ves cómo fue tomando sus decisiones".
Sobre la literatura relacionada con el mar, el escritor recomendó "Solaris", novela de Stanislaw Lem, a la que consideró "una obra extraordinaria donde hay una descripción increíble del mar, pero del mar del planeta Solaris, que tiene que ver con el reflejo de los propios fantasmas".
Por su parte, Ríos, autor de "Manigua", "Cuaderno de Pripyat" y "La recepción de una forma", entre otros libros, invitó a "pensar las distintas capas discursivas que van apareciendo en Dostoievski".
"Hay una tercera persona que va narrando la historia, pero hay un despliegue de voces cuando el personaje de Raskolnikov, en ´Crimen y castigo´, empieza a pensar en una carta que a su vez dice otra cosa; es como un mazo de naipes que se abre en la cabeza del personaje. Es un monólogo interior que de alguna manera inaugura un procedimiento que luego será usado por muchos escritores, como Joyce".
Para Ríos, "cuando uno piensa en experimentación suele tener una idea de mezcla de géneros, una crónica, un poema, un relato, pero a veces la experimentación misma puede estar en la novela decimonónica; en una forma clásica pueden estar metidos varios procedimientos nuevos".
Por eso, señaló el escritor, "Saer decía que escribía relatos y no novelas, sostenía que la novela fue un movimiento dentro de la narrativa que tuvo lugar en el siglo XIX y que todavía en el XX hay escritores que lo continúan usando, pero que el relato viene de otro lugar: del fondo de los tiempos".
Fuente: Télam
