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SOCIEDAD

Una niña británica se dejó morir de hambre y sed por pánico al odontólogo

Sophie Waller de Cornwall, de ocho años, se negó a comer y a beber, después de que el dentista le extrajera ocho dientes de leche. La pequeña murió a fines de 2005 como consecuencia de una insuficiencia renal y una jueza responsabilizó a los médicos y las autoridades, que no se dieron cuenta del trastorno psicológico que padecía.
(DIARIOC, 17/02/2009) Una niña británica de ocho años se dejó morir de hambre por pánico al odontólogo. Sophie Waller de Cornwall se negó a comer y a beber, después de que el dentista le extrajera ocho dientes.

La pequeña murió a fines de 2005 como consecuencia de una insuficiencia renal, según trascendió el lunes tras una investigación judicial en la ciudad de Truro, en el oeste de Inglaterra.

La jueza responsabilizó de la muerte de la niña a los médicos y las autoridades, que no se dieron cuenta del trastorno psicológico que padecía.

Los padres dijeron que su hija tenía miedo al dentista y que se negó a dormir, hablar y comer cuando uno de sus dientes de leche comenzó a aflojarse.

Por ello, fue llevada al hospital el 7 de noviembre, para que los ocho dientes de leche le fueran extraídos con anestesia total. Pero incluso después de la operación Sophie se negó a abrir la boca y tuvo que ser alimentada artificialmente.

Según el tribunal, tras unas pruebas psicológicas fue enviada otra vez a su casa poco después de la operación.

Allí fue empeorando su estado. Los padres quisieron volver a ingresarla, pero fueron derivados a un médico local. Sin embargo, las advertencias sobre el estado de salud de Sophie fueron a parar por error a otro médico.

Después de que Sophie perdiera en las últimas semanas antes de su muerte 11 kilos, murió el 2 de diciembre de 2005.

"Lamentamos haber seguido los consejos que nos dieron y no haber seguido a nuestro corazón", comunicaron los padres.

Según informaron este martes los medios británicos, la niña probablemente padecía un trastorno de comportamiento, que se presenta en niños y que consiste en que se niegan a comer, a hablar e incluso a caminar. La causa de ese trastorno puede ser un trauma.

Los médicos fallaron en diagnosticar apropiadamente el estado de la niña, dijo la jueza Emma Carlyon.

La vida de Sophie podría haberse salvado con una mejor atención. La magistrada dictó una llamada sentencia narrativa. Según la ley británica, se establecen las circunstancias de la muerte, pero nadie puede ser condenado por ella.

El hospital se disculpó el lunes ante los padres y argumentó "falta de comunicación".

Los padres, en tanto, señalaron en un comunicado que "con lo único que nos quedamos de la muerte de Sophie" es que sirvió para mejorar la comunicación entre las autoridades. "Esperamos que eso salve la vida de otro niño".

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