Por su parte, la comunicadora especialista en temas de género, Sonia Santoro (quien también plasmó su experiencia en el libro "Y un día me convertí en esa madre que aborrecía") aseguró que "si los publicistas utilizan esos estereotipos es porque siguen funcionando, justamente porque la sociedad en su conjunto sigue siendo machista".
Según el jurado de los premios Lola Mora -que se entregan a quienes difunden una imagen no estereotipada de la mujer- ninguna publicidad de 2013 representó a las mujeres fuera del ámbito de la casa o preocupada exclusivamente por quehaceres domésticos por lo que el galardón quedó vacante.
"La distribución de tareas y roles dentro del ámbito privado es una discusión en la que tenemos mucha tarea porque debemos revertir este concepto de que la mujer es la última responsable de la casa", reflexionó Santoro para quien "en los sectores más vulnerables esta situación empeora porque las mujeres quedan más restringidas todavía al campo doméstico, lo que reduce sus oportunidades profesionales, laborales y de desarrollo personal".
Beck y Santoro fueron pioneras en sacar "los trapitos al sol" en sus libros, escritos desde las entrañas, desde los "puntos que se abren", "los pechos que sangran" por la lactancia, las horas sin dormir, pero haciendo eje en el amor incondicional que se siente por los hijos.
"Escribir me sirvió de catarsis, pero también profesionalmente y fundamentalmente para desarmar discursos dominantes, que es lo que más me interesa y lo más ambicioso. A mí, la maternidad, al revés de lo que muchos suponen, no me retrasó profesionalmente sino que me potenció", afirmó Beck.
Santoro elige una metáfora que hace algunos años hubiera sonado a herejía: "Recuerdo el primer año de la maternidad como una larga resaca. Tan negra como una temporada de consumo intenso de drogas".
Del mismo modo, suena "La maternidad me está matando", la frase políticamente incorrecta que se escucha al final de cada capítulo de la exitosa serie on line "Según Roxi".
"La elección de las palabras fue muy pensada porque lo que nosotras queríamos era eximir a los niños de lo que implica la exigencia del rol; no son los chicos los que abruman ni se pone en juego el amor que les tenemos, sino que es la tarea en sí", señaló a Télam Azul Lombardía, guionista de la serie junto a Julieta Otero, quien interpreta a Roxi.
Aunque a simple vista la historia muestra las vicisitudes de una "madre progre, urbana y de clase media", Lombardía aseguró que "las repercusiones que tuvimos dieron cuenta de que Roxi conectó con el sentimiento de exigencia, de vulnerabilidad, el cambio de vida y la crisis de identidad que atraviesan todas las mujeres cuando son madres".
"Ser mamá, además de maravilloso (quizás algo mágico, condición que no pierde por la habitualidad) es una tarea tediosa, difícil, agotadora, trabajosa y eterna. ¿Por qué nadie dice eso? Que se lo diga no convierte en negativa la experiencia… sólo se expresa la verdad", sostuvo por su parte Flavia Tomaello, autora del libro "Mala madre".
Para la escritora, "el silencio sólo abre un abismo mayor frente al conflicto. Cuando uno puede compartir las experiencias y reconoce que no está sólo ni es único en ella, lo vive con menos culpa y trauma. Cuando se abre el juego, puede entrar el humor sanador".
"Se trata, en definitiva, de entender que hay tantas maternidades como mujeres, y entonces evitar cualquier fórmula", opinó Santoro.
Fuente: Télam
