Esta fiesta anual del tango en la Ciudad de Buenos Aires incluye este año el Campeonato Mundial de Baile y espectáculos en los teatros de la ciudad, pero como en todo festejo hay cosas que no salen bien o se pueden mejorar, para la próxima.
Argentinos y extranjeros se lanzan al desafío del baile más sensual, pese a la vergüenza, el miedo de hacerlo en público, pegado a otro cuerpo -a veces desconocido- y mover las neuronas y los sentimientos, hasta que lo logran, pero cuando la pasión se desata la clase termina, no hay una práctica y todo se esfuma. (Télam)