El espacio público fue inaugurado a fines del año pasado en respuesta al pedido de los vecinos del sector oeste de la ciudad, que veían propicia la erradicación del baldío existente y la instalación de un lugar adecuado para el esparcimiento y encuentro.
El diseño de la plaza, de características netamente americanista, pertenece al artista plástico Raúl Guzmán. Preside la plaza una fuente central que es un manantial de los vientos, en cuya cúspide está representado un óvalo que representa al universo con 16 picos que cuando sopla el viento emiten sonidos diferentes, mientras que, en la parte inferior, cuatro salidas de agua conforman un manantial de agua clara, elemento esencial para la vida. En esta zona central está presente la representación de la raza americana a través de la escultura de cuatro indígenas que se incorporan. También incorporó portales, uno hacia el naciente, que es el portal del Ancasti, y otro hacia el poniente, que es el portal del Ambato, reconocido como elemento supremo de las culturas americanas.
Hoy aquello que surgió como una iniciativa auspiciosa, se ve empañado por el obrar irresponsable e imprudente de vándalos que delinquen en deterioro del capital de todos los vecinos.
Además de la destrucción de las obras que adornan el lugar, los delincuentes sustrajeron cables y llaves de los postes de luz y rompieron las salidas de agua que pertenecen a la fuente.
El artista plástico Raúl Guzmán, artífice de las obras expuestas en la plaza, se mostró indignado por la situación “es preocupante el flagelo social que existe y se muestra con el incontenible vandalismo de gente que se esconde, mostrando un marcado desprecio por su propia persona”.