Y el proceso era sencillo. Paul recibía dos cofres con almejas adornados por la bandera de los dos países del partido en cuestión . Después hablaba el oráculo, con una precisión científica. Abría uno de los dos cofres, se comía el contenido y el elegido se daba como ganador del partido.
Los vaticinios de Paul no dieron nunca pie a la duda. El cefalópodo atinó los siete resultados de los partidos jugados por Alemania en Sudáfrica 2010, incluido la improbable derrota por 1-0 ante Serbia en la primera fase, y los contundentes 4-1 y 4-0 sobre Inglaterra y Argentina, respectivamente, en las siguientes rondas del torneo.
Después de Sudáfrica, el mito ya no hará otra cosa que crecer. Más aún dada la certeza de que Paul no podrá previsiblemente volver a participar en un torneo: el promedio de vida de los pulpos es de unos dos años, la edad actual de Paul.
Fuente: Infobae