Pero a pesar de los que creyeron que podrían obtener más nafta, la decisión en algunas estaciones de servicio como Brígido fue "no cargar bidones" en el caso de las motos y sólo 100 pesos en los automóviles. En otras expendedoras el monto fue irrestricto.
En la tarde de ayer el panorama se vio aún más agravado por la cantidad de demanda. En una recorrida de este matutino pudo constatar filas de motos y autos de entre tres y cuatro cuadras. En algunos casos los riojanos decidieron hacer colas antes de que llegaran los camiones con carga. Tal es el caso de Pebelca, única estación que expendía en pleno centro, donde cada persona para proveerse de combustible esperó aproximadamente tres horas.
En la zona norte por la tarde pasadas las 18, la Shell de la avenida Peñaloza, empezó a vender naftas también con una espera de dos a tres horas y filas de 300 metros.
A pesar de vacacionar en las estaciones de servicios algunos tomaron con humor este crítico panorama y decidieron pasar el tiempo tomando mate con algún vecino de fila, escuchando música o jugando con el celular. Mientras que otros mal humorados, usaron bocinas para buscar apurar la marcha.
Cabe destacar que en todas las expendedoras, hubo una gran vigilancia policial, con efectivos de ambos sexos que ordenar el tránsito y vigilan el orden ante posibles disturbios. (El Independiente)