Catamarca
Domingo 05 de Mayo de 2024
Buscar:

Ciencia y arte, dos universos en contacto

La ciencia y el arte no son dimensiones inconciliables en tanto ambas entablan con la verdad y la ficción una relación menos antagónica de lo que parece, sostiene el físico Alberto Rojo, que mañana presentará en la Feria su libro Borges y la física cuántica.
La obra, editada por Siglo XXI Editores, se presenta como un collage de ensayos que tienen como elemento articulador a la literatura y hace foco en la figura de Jorge Luis Borges, quien con escasos conocimientos de física anticipó en su obra las modernas teorías de la física cuántica y planteó una posible convergencia entre la verdad y la imaginación.

Rojo es músico, escritor y doctor en física por el Instituto Balseiro. Entre 1992 y 1994 fue investigador postdoctoral en la Universidad de Chicago y en la actualidad es profesor de la Universidad de Oakland (Estados Unidos). Alterna su actividad académica con su carrera musical: grabó en numerosas oportunidades con Mercedes Sosa y tiene tres discos como solistas.

En una entrevista con Télam, el autor desgranó los aspectos principales de su obra, que explora la manera en que el lenguaje conecta a la poesía con la ciencia -el uso de la metáforas, la cadencia lírica que irrumpe de maneras distintas en ambos campos-, la malversación de conceptos de la física cuántica que emprenden algunos gurúes de autoayuda y el carácter anticipatorio del relato "El jardín de senderos que se bifurcan", de Borges.

- Télam: ¿Qué le interesaba explorar cuando planteó estos escritos que tienen como principio unificador la relación entre la literatura y la ciencia, además de hacer foco en Borges?
- Rojo: Borges, además de ser el escritor más citado por científicos, es uno de los pocos que ha trascendido la literatura para gravitar sobre otras disciplinas. Y mi mayor interés por su literatura es justamente su carácter de radiador hacia otras áreas del pensamiento. En algunos de los textos que forman parte del libro me interesó también indagar de qué manera la imaginación literaria es la misma que le da sustento a la ciencia.

El hilo que atraviesa casi todos estos ensayos tiene que ver con aquellas situaciones en que la literatura interviene sobre la ciencia y viceversa. No me interesa tanto la ciencia ficción en tanto funciona como una interpolación de la tecnología del momento sino aquella ficción que funciona como anticipo de un una formulación científica, como ocurre con Borges o Dante Alighieri.

Muchos escritores miran a la ciencia desde un lugar de veneración. Borges, en cambio, se paraba frente a ella con mucho desparpajo. La consideraba como un saber válido pero no creía que hubiera que prodigarle un respeto reverencial. De física no sabía casi nada, pero pensaba las cosas por su cuenta y lograba avanzar por caminos que nadie había explorado. Así logró escribir de una manera tan singular sobre cuestiones como el tiempo o el infinito.

T: ¿Este carácter anticipatorio que le asigna a la obra de Borges habla más de la genialidad del escritor o del carácter imprevisible de la ciencia?
- R: Creo que ilustra ambas cosas. Hay un costado de casualidad en algunas de sus formulaciones, de hecho no todas tuvieron la misma condición de anticipación que su idea de los mundos paralelos: en 1941 a nadie se le ocurría hablar de eso, pero Borges lo concibe y recién en 1957 la física lo incorpora en su glosario.

Las vinculaciones entre la obra borgeana y la ciencia y otras disciplinas extraliterarias han sido recurrentes. En matemática existe el teorema de Borges, llamado así en honor a su relato "La biblioteca de Babel". Por otra parte, el prólogo de Michel Foucault en Las palabras y las cosas está inspirado en su texto "El idioma analítico de John Wilkins", así como en geología está "El dilema de Borges", que retoma "El libro de arena".

Hay un científico ruso que mitad en broma, mitad en serio postula que "toda idea lo suficientemente inteligente y elaborada es verdadera". Por otro lado, hay cierto costado extravagante de la naturaleza, de repente el universo se comporta de manera tan rara que hasta una formulación descabellada puede llegar a tener asidero. Después de todo, la ciencia no deja de ser una creación de la mente. Lo imprevisible de la ciencia tiene que ver con lo imprevisible del arte.

- T: En su obra busca disolver el falso antagonismo que se ha montado en torno a la ciencia y el arte. Borges en ese sentido sostenía que ficción y verdad no son opuestos que se excluyen, es decir, no funcionan como los términos de una antinomia...
- R: Desde el punto de vista científico uno puede llegar a una visión similar a la que quince años pudo haber tenido un escritor porque en el fondo la ciencia es una construcción. Las teorías acerca del funcionamiento de la naturaleza obedecen a lecturas que hacen los individuos, es decir, la misma mente que idea una ficción es la que desarrolla una teoría científica para leer un aspecto de la realidad. En ambos casos, se recurre a la misma lógica.

Hay muchos ejemplos que refutan la tesis de que el arte sirve a la emociones y la ciencia sirve a la razón, o que la literatura despliega mundo inventados que no tienen relación con la realidad. Hay por el contrario mucho lirismo en la ciencia: Galileo Galilei o Albert Einstein son casos bien emblemáticos. Hay momentos de gran lirismo en sus escritos... momentos plagados de metáforas y hasta una cierta veta dramática.

- T: Como menciona en su libro, los conocimientos científicos de Borges eran casi nulos. ¿Cómo se explica que algunas ideas de sus relatos fantásticos hayan tenido correlato en la ciencia? ¿Es lícito situarlo entonces como portador de un saber inconsciente?
R: La literatura muchas veces es un género que permite poner en palabras cosas que un escritor no sabe que sabe. Borges pudo expresar este saber en su obras. Cuando Herbert Simon, Premio Nobel de Economía, viene a la Argentina, dice que quiere conocer a Borges. El se muestra sorprendido por el interés del economista y cuando lo ve le pregunta: "¿Por qué me quiere conocer a mí?", a lo que Simon le responde "Porque mi teoría de toma de decisiones está basada en su trabajo con los laberintos". La anécdota refleja la perplejidad de Borges frente a ese saber.

Fuente: Télam

(Se ha leido 300 veces.)

Se permite la reproducción de esta noticia, citando la fuente http://www.diarioc.com.ar

Compartir en Facebook

Sitemap | Cartas al Director | Turismo Catamarca | Contacto | Tel. (03833) 15 697034 | www.diarioc.com.ar 2002-2024