Los mismos “constituyen un verdadero trabajo e investigación antropológica que nos invita a conocer las características de la vida social, económica y productiva; así como aquellos cambios que han ocurrido en el estilo de vida y cómo éstos se reflejan en la alimentación y en especial en los saberes y prácticas culinarias”, se destacó en los fundamentos de la Declaración.
Al mismo tiempo, se indicó que “las cocinas tradicionales conforman el patrimonio de las comunidades, que son a su vez un elemento de identidad cultural”.