Desde el Comité de Bioética del Hospital de Niños se planificó un debate con referentes de distintas disciplinas para el tratamiento de una problemática que a los catamarqueños nos ha afectado mucho en los últimos tiempos como es el suicidio. Allí estuvieron presentes la Psicóloga Nelly Urquiza, el Sociólogo Carlos Fígari, el Psiquiatra Luis Segura, el sacerdote Armengol Acevedo, la asistente social Isabel Pessa y por la Facultad de Derecho los abogados Claudia Pacheco y Rolando Contreras.
Las actividades se desarrollan en el Auditórium del Hospital San Juan Bautista.
De Ciuro Caldani
En sus reflexiones sobre el lugar cultural de la Asociación Argentina de Bioética y la ciudadanía social en el siglo XXI, Ciuro Caldani señala que hemos comenzado a vivir una nueva era de la historia, signada en gran medida por el excepcional desafío tecnológico que pone en cuestión todo el resto de la cultura tradicional. En ese marco, ocupa un lugar destacado el reto que plantea la tecnología aplicada a la vida humana. Por lo que puede saberse, por primera vez una especie viva está en condiciones de decidir su propio porvenir y, tal vez, la generación derivada de otras especies. Sin entrar a detalles mucho más sorprendentes, es posible que las presentes generaciones sean consideradas en muchos ámbitos futuros las últimas de vida corta ” En este marco, se ha ido generando la necesidad del cultivo de la Bioética y el Bioderecho.”
En otro párrafo de su reflexión, el profesional señala que Importa que a través de las asociaciones, el complejo de la vida encuentre expresiones teóricas y concreciones prácticas que lo sirvan. Es valioso que se abran las sendas para las consideraciones de justicia que requiere el nuevo tiempo, tan cargado a su vez de la necesidad de construir nuevas seguridades. Las asociaciones pueden acentuar la protección de los individuos contra diversas amenazas de los poderosos, de sí mismos y de lo demás ”(enfermedad, ignorancia, soledad, etc.), importa difundir y desplegar en esos sentidos los intereses bioéticos y biojurídicos. Con miras a la participación de todos en la voz universal ”de la Bioética y el Bioderecho, hay que desarrollar la ciudadanía social ”, concluye.