En la presentación del libro, a cargo del geólogo Alfredo Grau, el representante de La Alumbrera para Asuntos Provinciales, Hernando Lisiak, dijo a LA GACETA que el relevamiento responde al plan de cierre de la minera, que ocurrirá de aquí a 10 años. “Tenemos el compromiso y la obligación de restaurar el paisaje de la zona donde trabajamos y de reproducir la vegetación con especies autóctonas”, señaló. Las investigadoras Carrizo y Esteban, desde octubre de 2004 al mismo mes de 2006, hicieron el relevamiento y la selección de la flora que podría reproducirse y reimplantarse, teniendo en cuenta las especies pioneras de esa área de montaña.La novedad del proyecto es la reproduccción de esas especies, en viveros montados por la minera junto a un gran laboratorio, donde se estudian los ejemplares con mayores condiciones de ser reproducidos y reimplantados. “Reproducir las especies nativas es una experiencia que nunca se hizo antes”, valoró Carrizo. “Las actividades mineras generan un gran impacto en el medio ambiente, y por ello es importante la recuperación de las condiciones del suelo y de la vegetación”, señaló el decano de la Facultad de Ciencias Naturales, Ricardo Mon.