El Chaku, consiste en el encierro, captura, esquila y posterior liberación de vicuñas silvestres con las técnicas de los pueblos precolombinos, respetando el ecosistema. La fiesta dio inicio el pasado viernes, con un ritual denominado “Corpachada”, en el cual los lugareños, depositan ofrendas a la Pachamama (madre tierra) pidiendo por un exitoso día de esquila y por un tranquilo regreso a casa.
Ferreyra expresó que “fue un orgullo para mi participar de esta tradicional actividad comunitaria que los habitantes de Laguna Blanca realizan cada año y cuyo mayor logro es que les permite aprovechar y al mismo tiempo respetar el valioso recurso que les provee la naturaleza”.
Explicó además que “en esta época del año los camélidos descienden de los cerros a beber agua y pastar en la laguna, entonces una vez que se concentra un gran número de animales, se realiza un arreo, en el cual todos los participantes colocados en hilera a lo largo de las 67 hectáreas del campo, las encierran mediante el uso de una soga “chimpeada”, con cintas atadas cada un metro, y las ubican donde pasarán la noche”.
Al día siguiente, se esquilaron 150 camélidos a través de métodos tradicionales con el asesoramiento de los experimentados lugareños. La actividad resultó un éxito logrando en total de 35,64 kg de lana, con un promedio de 290gramos por vellón obtenido.