La democracia es un valor universal y entendido en cualquier parte del mundo, como el mecanismo electoral que los ciudadanos se dan para alcanzar gobiernos democráticos, vivir en la democracia y transitar permanentemente hacia mejores niveles de vida. Pero la democracia o la acción democrática de los ciudadanos no siempre se ve reflejada -como ellos quisieran- con gobiernos plenamente democráticos. Es decir; gobiernos dedicados al bien común, a la solución de los problemas que aquejan a un país. En sentido contrario, a pesar de ser electos con mecanismos democráticos, llegados al poder utilizan la estructura gubernamental para traicionar los principios rectores de la ética y la libertad, para hacer en síntesis todo lo contrario que aspira a realizar un gobierno democrático.
Ese fue el caso de España y el gobierno de su presidente actual José María Aznar, quien contra toda voluntad ciudadana reflejada en las calles de aquel país y avalada por los grupos más representativos españoles con solvencia moral reconocida, utilizó el poder: primero, para servir a los intereses bélicos y neocolonialistas del presidente Georoge W. Bush reflejados en el genocidio de Irak; segundo, para utilizar su poder constitucional en busca de la permanencia de su política antisocial reflejada en la desesperación que quema a los hogares españoles mediante el impulso de su candidato Mariano Rajoy y; tercero, para mentirle a los españoles y llevarlos“ciegos y de la mano”a una aventura político-militar con fines de expansión plutocrática, donde los españoles jugarían el papel de concretarse, de conejillos de indias. Pero los españoles le dijeron“ya no más”a Aznar y su camarilla promilitar internacional, por lo que resueltos decidieron darle el poder y cambio de mando al socialista José Luis Rodríguez Zapatero quien por cierto, antes de los lamentables hechos de sangre del once de marzo conocidos por todos y perpetrados por un grupo de cobardes fundamentalistas, ya tenía las preferencias electorales de sus conciudadanos, precisamente alentados desde meses atrás por la traición jugada del PP en el poder durante ocho años.
Entre los lamentos que causó el horror del once de marzo y la decisión de darse una nueva oportunidad, los españoles así, sin darse cuenta o tal vez por darse cuenta, cambian radicalmente la composición geopolítica mundial que obligará a los países desarrollados y de primer mundo, pensar las cosas dos veces antes de hacerlas. Así, tanto (Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia) la Unión Europea, Francia, Canadá, China y Japón entre otros más países, cambiarán sus estrategias comerciales, promilitares y geopolíticas, dado que el futuro presidente de España ha jurado ante su pueblo, mantener un gobierno de cara a la nación y de transparencia con rendición de cuenta, que elimine el terrorismo, la pobreza y la simulación. En otras palabras, dice no servirá de“tapadera”para que se utilice a su país como experimento militar, comercial o genocida, características muy a la Aznar.
De entrada y con la solidaridad de los españoles, Rodríguez Zapatero decidió sacar las tropas españoles de Irak, sin temor a lo que en la Casa Blanca digan u ordenen, pues se ha dado cuenta del daño mortal que se les causó a los españoles al llevarlos a una guerra que no era la suya. Y decimos que el escenario internacional seguramente sufrirá transformaciones indescriptibles para el hombre aún, porque precisamente hacía falta en Europa, un gobierno realmente republicano y democrático como el que encabezará Rodríguez Zapatero, para impulsar junto con otros gobiernos democráticos y de corte transicionista en el mundo, políticas económicas más humanas y dedicadas más al hombre que a la oferta y la demanda, al respeto de los derechos laborales y a la resolución de las controversias internacionales mediante el dialogo y la concertación, más ya no, mediante el autoritarismo, la opresión, el engaño, el servilismo y la guerra. Una de las funciones prioritarias del nuevo gobierno socialista español, será devolverle a los españoles la fe perdida sobre su gobierno y lo hará precisamente con acciones propias de un gobierno democrático: Retirar tropas suyas donde no deben estar y revisar su política de apoyo a Washington en el medio oriente; una más, analizar el nuevo papel que jugará en la reconciliación con las comunidades islámicas de África; y su relación de posguerra con los gobiernos de Blair y Berlusconi que llevaban a España por los caminos de la extrema derecha que ya pisan Gran Bretaña e Italia respectivamente. Eso sí, el ataque al terrorismo seguirá firme como elemento indispensable de justicia.
En este sentido, esa nueva relación multinacional que España implantará llegado Rodríguez Zapatero, se tendrá que ver reflejada con otros gobiernos de corte democrático latinoamericanos como son el caso de Venezuela, Argentina, Chile y Brasil, éste último, país perfilándose como líder latinoamericano que busque con los países de la región, un despegue en lo económico, lo político y lo social tanto en Sud como en Centroamérica y el caribe, dada su inclinación por la atención y solución de los problemas más sentidos de la sociedad, problemas que al fin y al cabo son de sus votantes, quienes los llevaron al poder y a quienes desean servir.
En efecto, la nueva relación que se instaurará entre España y los países latinoamericanos tendrán el distintivo de la ayuda reciproca clara y directa, que dejará de lado los acuerdos binacionales con cualquier país previa autorización con la Casa Blanca y que instauraba lentamente el resurgimiento del imperialismo y los gobiernos kakistocráticos. Una nueva ola de corrientes democráticas y de corte socialista o de izquierda -yo la llamo izquierda real- empiezan a recorrer los terrenos del mundo y hace huella en los países donde menos se pensaba. En esta gran ola de gobiernos que buscan el bienestar social México juega un papel importante: tiene un gobierno electo democráticamente que dio al país la alternancia en el poder pero que no ha podido hacerlo de transición; tiene tres años para lograrlo y la gente está deseosa de concretar mejores niveles de vida negados durante muchos años. Pero en esta tarea el gobierno no está solo. Requiere de los partidos políticos para transitar hacia una verdadera y real democracia, completa, justiciera, tangible. Claro que para ellos primero los partidos deben sacudirse todo mancha de corrupción que los ha alcanzado a casi todos, lo que hemos visto y conocido. Los ciudadanos del mundo merecen mejores gobiernos y están surgiendo. Apéndice: En el estado de Veracruz existen ya tres candidatos a gobernador para la elección de cinco de septiembre. Gerardo Buganza por el PAN; Fidel Herrera por el PRI-PVEM-PRV; Dante Delgado por el PRD-PT-Convergencia. Cada uno hace su chamba en el estado y preparan motores para arrancar oficialmente campañas a partir de cinco de junio. Destaca en estas campañas el trabajo discreto, profesional y diligente que realiza Guillermo Zúñiga Martínez, coordinador general de la campaña del priista Fidel Herrera. El exdiputado local y federal y, exsecretario de Educación y Cultura trabaja en todo el estado y es bien recibido en los lugares donde va, ya que lo conocen muy bien donde va. Su experiencia le garantiza al PRI una excelente coordinación logística y política en Veracruz. En ese mismo estado, José Domingo Martínez Riveroll, no solamente destaca en el ámbito de la administración estatal como lo fue en el pasado inmediato, al desempeñarse tres veces como director general en las áreas de averiguaciones previas; seguridad publica y; readaptación social respectivamente. También lo hace en el ámbito profesional y académico. Ha publicado muchos artículos sobre seguridad pública y seguramente lo veremos en los foros que se están organizando en Veracruz, para integrar el Plan Estatal de Desarrollo. Bien.
