Hace algunos meses ya, pasé unos dias estupendos en Catamarca, alojado en el Hotel donde funciona el casino, recorri las bellas cercanías aledañas donde pude disfrutar tambien de una excelente gastronomía, ademas de cumplir con una aspiración espiritual al rezar en v. templo mayor a la querida virgencita.
Lo unico que empañó todo esto, fueron unos coimeros que actuan sobre algunas poblaciones en las rutas de acceso, fomentando todo un negocio de multas irreales, haciendo pagar al visitante un seudo peaje que desdibuja la buena imagen que tiene Catamarca y su gente.
El estado provincial deberá defender su turismo, en base a la seducción y no permitir que se agreda a los turistas de buena fé.
Saludos cordiales
Rodolfo Maurino
Córdoba