La Feria de Mataderos recordó ayer al músico con un recital en vivo del que participaron el talentoso guitarrista y cantante José Ceña, difusor ferviente de la obra yupanquiana, y los conjuntos Alazanes y los Peregrinos, entre otros. El Ministerio de Educación de la Nación acaba de reeditar una antología de Yupanqui elaborada por el Plan Nacional de Lectura. El libro compila, en 129 páginas, seis textos: Piedra sola (1941), Aires indios (1943), Guitarra (1954), El payador perseguido y El canto del viento (ambos de 1965), y La capataza (1992). El material incluye además una biografía de Atahualpa escrita por Norberto Galasso.
Además de su trabajo creador, el artista realizó una exhaustiva indagación etnográfica para rescatar joyas ocultas de músicos populares muchas veces anónimos. Para los estudiosos del folklore, entonces, la obra de Yupanqui es una fuente inagotable de investigación. El guitarrista y docente Arturo Zeballos avanza en Pergamino (donde el autor de “Los ejes de mi carreta” nació en 1908) en su tarea iniciada en 1980 en la transcripción a partituras de la obra completa para guitarra sola de Don Ata, y está a punto de culminar la tercera edición.
En Europa, la fascinación por el artista se inició en las décadas del ’60 y ’70, y aún continúa. Por estos días, el guitarrista y compositor argentino Carlos Carmona se encuentra presentando su Suite Yupanquiana, en Alemania, Francia e Italia. Concebida como una obra de música clásica pero inspirada en ritmos populares argentinos y cordilleranos como el carnavalito, la vidala, la chacarera y el estilo, la suite de Carmona fue compuesta como un homenaje a Yupanqui e inspirada en su vidala para guitarra “Lloran las ramas del viento”. (El Diario 24.com)