Garnica molesto, aun así dio todo…
Antes de subir al escenario en exclusivo por Radio La Voz de Recreo, Néstor Garnica expresó su disconformidad con la Coordinación del espectáculo por la hora que le tocaba actuar “las 06,03 hs. de la mañana”.
Subió y con la magia de su violín “embrujó al Cabrito recreíno” que esperaba a estadio lleno por él. Pero… luego del tercer tema el escenario se quedó sin energía eléctrica, mudo y a oscuras. El grupo electrógeno de la Empresa Slame se “detuvo”, mientras el público, abajo, gritaba “ole, ole, ole Néstor…Néstor…”. Y se produjo lo impensado, Garnica saltó del escenario y tras de él sus músicos y rodeado, protegido mejor dicho, por los miles de fans y seguidores, cantó, y ese violín salamanquero inundó el respetuoso silencio del Cabrito que por momento explotaba en aplausos y coros. Néstor Garnica de esta forma inscribió la segunda luna cabritera, en una de las noches doradas del Cabrito, una noche mágica, mítica, que será recordaba como otras antológicas, escritas en otros tiempos.
Garnica cantó a la par de su pueblo, de su gente y ya nadie se acordó del escenario, ni las luces, ni del sonido, era el artista convertido en "duende", y el mito salamaquero que enamoró la madrugada de Recreo y abrazados, eran uno solo, convertido en muchas voces, en una sola alma. Sencillamente sensacional, solo Radio “La Voz de Recreo” seguía transmitiendo en vivo y en directo y fuimos testigos de todo lo vivido. Al final acompañamos a Néstor quien repetía “que lástima lo de la energía eléctrica”. Pero, no hay deuda, el artista cumplió el compromiso y de la mejor forma.
Nehuen, ese grito de la tierra…
Muy pocas veces el Festival del Cabrito trajo un cuerpo de baile o Ballet que sorprendiera al exigente público. Pero este año el Ballet Nehuen con movimientos perfectos, un mensaje ecológico claro, cuidado vestuario, hizo vibrar al Cabrito sorprendido que asistía a tamaño despliegue en el escenario. Los chicos de la provincia de Buenos Aires, dejaron un mensaje claro, de amor por la Pachama, e invocaron a la Telésfora que apareció bailando “7 chacarera regaditas con alchool”. Muy buen espectáculo, digno del Cabrito que cumple 40 años.
Antes
Los Aloncitos a pesar de su alegre música, parecieron no convencer a un sector mayoritario del público mas acostumbrado quizás "al chamamé santiagueño”. Zafaron, sin entusiasmar mucho.
Luego las chicas salteñas Son Ellas, aportaron presencia de mujer al escenario Carlos Bazán y recorrieron los más variados ritmos musicales, siempre “en defensa de las chicas”.
Energía eléctrica
Lo venimos apuntando desde el inicio, lugar nuevo, problemas nuevos, y uno es el de la energía eléctrica. Anoche colapsó el equipo de Slame. Esperemos que todo se revea y pueda solucionarse, para esta noche cuando al Cabrito vuelve nada más y nada menos que León Gieco.
