Intérprete de cerca de doscientas películas, el actor ilustró en medio siglo de carrera todos los defectos y las cualidades de sus compatriotas, y trabajó a las órdenes de los más grandes cineastas italianos como Fellini y Monicelli entre otros.
Alberto Sordi supo imponer su personaje a la vez simple y perverso, a la vez ingenuo e interesado. (Télam-SNI)