Aparentemente, Marulanda discutió con quienes la acompañaban. Entonces pidió permiso, se encerró en su habitación y más tarde entró al baño, donde tomó la última decisión de su vida. Sus allegados señalaron que la presentadora llevaba mucho tiempo deprimida, como consecuencia de una seguidilla de fracasos laborales y sentimentales.
Dos semanas antes de matarse, se había separado de su segundo esposo, Carlos Oñate, tras una relación que duró sólo cuatro meses. Marulanda conocía al hombre desde adolescente e, incluso, fue su primer novio. Años después, con un divorcio a cuestas, se reencontró con él, volvió a enamorarse y decidieron contraer matrimonio.
El casamiento lo cambió todo: Lina dejó la radio y la televisión para dedicarse de lleno a una joyería en la que, aseguran, invirtió gran parte de su capital. El negocio, empero, fracasó. Ella decidió intentarlo de nuevo e instaló un negocio de accesorios y productos para la mujer, pero la depresión le ganó la batalla.
Fuente: La Gaceta
