(DIARIOC, 19/04/2012) Mirtha Legrand se quedó con toda la gloria en este primer capítulo de La Dueña. Su ficción llegó a tener 30,7 puntos de rating y todo el mundo habló de la miniserie que la tiene como protagonista.
La expectiva por el primer envío en la historia que devuelve a La Chiqui a la pantalla chica y a la ficción era grande y quedó evidenciado este miércoles 18 de abril cuando todo el mundo no hacía más que hablar de La Dueña en las redes sociales y la planilla del rating reflejaba los grandes números.
La tira arrancó a las 22:18 con 30.4 de rating. Siguió a las 22:28 con 28,2, a las 22:48 volvió a subir a 30,1 y terminó a las 23:04 con 30,7 puntos. Sin dudas, la dueña del rating fue Mirtha y el gran elenco que la acompaña.
Visualmente, el programa es exquisito. Las imágenes en cada escena así lo demuestran. Se nota que Nacho Viale tiró todo a la parrilla para competir con uno de los programas que ha conquistado a la televisión argentina: Soñando por Cantar. Pero así y todo, con grandes voces del otro lado, Legrand se quedó con la gloria en este regreso a la actuación que la hace sentir “una nueva Mirtha”.
La historia, es pura intriga. Sofía Ponte, la dueña de la empresa de cosméticos es arrestada en la celebración de los 40 años de su imperio de la belleza ante los ojos de su familia, a quienes va presentando uno a uno mientras recuerda a Federico (Juan Gil Navarro) que ya no está.
Así se conoce a cada personaje: Juan (Raúl Taibo), cargado de mucha presión tras la muerte de su hermano que tiene una esposa, Lourdes (Andrea Frigerio) que no lo ayuda. Delfina (Brenda Gandini) y Eliseo (Peter Lanzani), sus nietos que trabajan en la empresa pero “a los dos les falta talento”. Hernán (Federico D´Elia), “el capitán de mi ejército de abogados”; Diego (Fabián Vena), “el menor de mis hijos, la búsqueda espiritual ocupa su tiempo ya hace muchos años y él se define como un orientador existencial”. Juega el papel de un homosexual y a La Dueña le “cuesta entenderlo”.
Daniela (Jorgelina Aruzzi), su mano derecha que acaba de recibirse de abogada y a quien define como una nieta. Es hija de Elena (Mónica Cabrera), quien maneja la casa de Sofía y de quien dice: “la rescate a tiempo antes de que algunos excesos le costaran la vida”.
“Mi amor por Daniela no opaca al mayor de mis amores Amparo (Florencia Bertotti), Amparito, mi debilidad. La hija de Federico, el hijo que ya no tengo”, cuenta Ponte.
“Señora Ponte, queda usted detenida por asociación ilícita y fraude al fisco”, le dice un policía a Sofía ante la mirada sorpresiva de todos. Así se mostraron los primeros siete minutos de la impactante narración.
Mirtha logra un guiño con su público cuando se atreve a confesar “sigo siendo una vendedora, vendedora de fantasías” ante la mirada de Aruzzi que repite cada frase que La Dueña reza como una oración, pero que le da buenos resultados ya que logra vender su producto. “No hay nada que hacer, Daniela, las vendedoras de raza son una especie en extinción”, le dice a su mano derecha ante la mirada de su chofer, Sergio (Carlos Portaluppi).
Sumarán a la historia otros personajes: su nuevo asistente en la empresa Félix (Benjamín Vicuña), su hermana Teresa (Claudia Lapaco) y madre del antes mencionado, que hasta ahora nadie sabe el vínculo que tiene con La Dueña, y su juez amigo Oliverio Carranza (Alfredo Casero).
Vicuña se roba los suspiros con su desfile en ropa interior mostrando su físico y con esa toalla que cubre sólo sus partes íntimas. Lanzani se muestra como un mujeriego empedernido.
Mirtha logra cautivar con su tristeza ante la tumba de Federico. “Cuánto te extraño”, le dice. Enseguida, cambia su rostro de dolor a intriga cuando abre un cobre y piensa: “Todo en su lugar”. ¿Qué hay dentro?
La detención de Sofía es noticia y se refleja en los noticieros. Rodolfo Barili y Cristina Pérez (de Telefe) anuncian el arresto de la dueña del imperio de los cosméticos.
“Parece que el juez tiene una denuncia en mi contra por asociación ilícita. Quiero saber cuál es el miembro de mi familia o de mis empleados más cercanos que está metido en este delito”, les dice a todos en su oficina una enojada Ponte que tiene investigadores para descubrir los lados ocultos dentro de la empresa.
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Pero su preocupación va más allá de simples números de trabajo: “Ya me mataron a un hijo, no quiero perder a nadie más”. El encuentro con su nieta, su debilidad (¿Juanita?) marcará el fin del primer gran capítulo que logró la atención de los espectadores.
Una Dueña mandona, con todo el mundo a sus pies, dándo órdenes y mostrando su poder. Pero frágil cuando se trata de su familia. Un hijo muerto, otro homosexual, una hermana fuera del glamour y la riqueza, una nieta adorada, una empleada fiel y mucho más. Cualquier similitud con la vida real, ¿es pura coincidencia? No es tan así y La Dueña del rating lo sabe.
Por Claudia Seta