Pereyra se mostró el lunes junto a su novia, Malena, y su perro de raza Pug, Tango, por el barrio en que vive. Visiblemente desmejorado por la última odisea que atravesó –perdió 14 kilos- habló con el fotógrafo de revista Caras y aseguró: “Me siento bien, gracias. Me estoy recuperando de a poco. Necesito tiempo”.
El lunes 1 de agosto, el músico se sometió a una operación programada por un trastorno motor del esófago, una cirugía complementaria a la que le habían realizado un año antes por un divertículo en ese mismo tubo muscular. Sin embargo, todo se complicó por una neumonía y así permaneció internado por 30 días, en su mayoría en terapia intensiva.
Lo mismo había sucedido en 2010 cuando a la extracción del divertículo se sumó una infección intrahospitalaria que lo dejó recluido un mes.
A pesar de eso, el nuevo postoperatorio del oriundo de Luján será más prolongado que el anterior, ya que deberá realizarse distintos estudios para ver en que estado se encuentra su diafragma, al que habría sobre exigido durante su última gira el pasado verano.
Fuente: minutouno.com.ar