"Glauber fue el hijo de una época política y cinematográfica, y yo hice esta película no como un filme autobiográfico sobre mi padre, sino como un diálogo crítico entre dos generaciones; un diálogo entre una herencia cultural y cinematográfica muy fuerte con el presente, después del vacío generado por la dictadura militar brasileña" (1964-1984), afirmó Erik en diálogo con Télam. (Télam)