(DIARIOC, 05/02/2011)La oportunidad fue propicia para bendecir además el ingreso al Museo Sacro, donde días pasados un par de turistas aseguraron ver ciertas manifestaciones en una imagen de Cristo.
Culminada la misma, el sacerdote llevó a la imagen en procesión por las calles que circundan la plaza principal Olmos y Aguilera, para luego dejarla en el altar mayor, como hace 45 años atrás, considerando que la misma había sido removida por ciertas modificaciones que se hicieron en la estructura del lugar.
Las celebraciones contaron con un número importante de feligreses, que participaron movidos por la fe y los hechos que estarían suscitando por estos días en la localidad.
Cabe señalar que los últimos acontecimientos estuvieron puestos de manifiesto en la homilía, considerando que “no debemos perdernos en ciertas cuestiones, sino poder llegar a lo que el Señor nos quiere decir siempre”. “No es nada novedoso, el Señor derrama sangre para darnos vida. En la época de Jesús era justamente el signo de la vida”, apuntó el sacerdote Eduardo, tras manifestar que “en el signo que queremos ver -que del cuerpo del señor sale sangre- pensemos que El nos está llamando a tener y cuidar la vida”.