Distendida, aunque siempre histriónica, Celeste conversó con LA GACETA casi exclusivamente de tango, que es el camino que transita por estos días. Lo suyo, dice, fue sorpresivo pero natural. "Generacionalmente soy del rock, pero soy porteña. Y me crié entre hermanos mayores que fueron grandes cantantes de tango amateurs, y a los ocho años ya estaba cantando tangos", cuenta.
Una serie de conjunciones (ella prefiere usar ese concepto antes que el de casualidades), la ubicó en la escena del 2x4 de a poco. "En 2000 me encontré con Daniel Melingo y me invitó a cantar un tema, pero terminamos haciendo prensa y grabando... me quedó la cabeza tangueada porque nunca había cantado con un bandoneonista al lado, y entonces empecé a escribir tangos", señala.
Un tiempo después, el maestro José Colángelo la invitó a un ciclo en el que rockeros cantaron tangos. "Se sorprendió mucho, y entonces me animé a mostrarle mis textos... un mes después ya le había puesto música a ´Buenos Aires no tiene la culpa´", dice Celeste.
Sin culpa
Con su grupo, Celeste venía recorriendo el país llevando su repertorio de rock y blues, al que le fue sumando una zamba primero, una chacarera después, y siempre "Buenos Aires no tiene la culpa". "Es una banda de rock, pero no AC/DC, el repertorio estaba muy agarrado a la tierra", dice, jocosa, y recuerda que por ese entonces en su mochila se encontraban sólo discos de tango.
Fue a partir de ahí que ella se animó a empezar a componer. Pero a "Celos", con el que definitivamente se internó en los vahos de la música ciudadana, llegó también por una invitación a cruzar estilos. En 2006, el Centro Cultural Tasso invitó a referentes de distintas raíces a hacer tangos durante los jueves de un mes. "Por una de esas conjunciones, me tocó junio, que tuvo cinco jueves. Sino, ´Celos´ no hubiera existido", dice. Sucede que tan bien se sintió y tantas buenas repercusiones hubo en sus recitales, que decidió grabar en vivo el último concierto, que terminó siendo editado en un CD y DVD.
Viejos no, son clásicos
Celeste se reivindica como una artista multifunción en el plano musical, y le gusta que eso se sepa. "Mi defecto más grande es que canto muy bien", dispara sin pudor. Dice que eso tapa un poco sus características como compositora, intérprete y productora. Y detalla que estudió piano, guitarra y batería.
Pero de ninguna manera piensa en dejar el rock, que sigue siendo su ámbito natural. De hecho, dice que tiene listo el material para grabar un nuevo disco, y también otro de tango, porque no descansa nunca. De todos modos, por estos días en vivo sólo canta los temas de "Celos", que incluye "Aprendizaje", de Charly García.
Y cuando se le pregunta si esta noche cantará alguno de sus viejos temas, responde que no. "Lo viejo no es viejo, es clásico y está al lado del Himno Nacional y Aurora...", espeta al borde del enojo, pero sin llegar a tanto.
"Lo importante -confirma- es que estoy acá con salud y con un show fuerte que toca fibras íntimas que están ahí, latentes".
Fuente: La Gaceta