Al final de la misma Mujica ratificó la hermandad histórica entre argentinos y uruguayos cuando recordó que "somos (los uruguayos) unos 300 mil (en la Argentina), pasamos inadvertidos...
debe ser el único país en el que no nos sentímos extranjeros".
"Somos como el loro: nunca nos olvidamos dónde comemos", dijo Mujica en el salón de las Mujeres de Casa Rosada, junto a su mujer, la senadora Lucía Topolansky.
A la agenda bilateral, Mujica agregó el apoyo argentino para la interconexción eléctrica de Uruguay con Brasil y el gas y en este sentido dijo que "no pretendemos tocar el cielo con las manos de la mañana a la noche pero sí ir avanzando con el mayor espíritu creativo posible".
Sobre el conflicto por la instalación de Botnia, que mantiene cortados los puentes entre ambos países, el mandatario electo reveló que "debemos esperar el laudo internacional" y que "no tenemos soluciones en la mano".
Mujica evitó abundar en la reunión que habría mantenido con ambientalistas de Gualeguaychú pero de algún modo confirmó ese encuentro cuando dijo que "respetaré el pacto de no hablar de lo que se dijo".
El ex revolucionario tupamaro está desde el martes en Buenos Aires con una agenda muy acotada que contempló un encuentro con inversores argentinos en el área vidrios y con el embajador uruguayo en Buenos Aires, Francisco Bustillo Bonasso.
"Las aguas del Río Uruguay serán seguramente uno de las preocupaciones que tendremos por delante: el fosforado, algunos pesticidas... seguro que las aguas son un problema pero si los hombres no somos capaces de fabricar un papel sin dañar el ambiente la discusión es otra", dijo por último el dirigente.