Después de un concierto de tres horas, McCartney salió a escena una vez más para saludar al público brasileño con el que se reencontró después de tocar dos noches en Buenos Aires, el 10 y 11 de noviembre pasados. Pero al intentar bajar de nuevo se enredó con los cables y terminó en el piso.
Por suerte fue sólo un tropezón y McCartney se levantó sonriente en seguida, saludó al público, que eran unas 64 mil personas, y se retiró. Nada que un "Sir inglés" no pueda sobrellevar.
Fuente: minutouno.com.ar