“La tiza como recurso pedagógico casi exclusivo ocasiona trastornos, ya que las mismas eliminan partículas de muy pequeño tamaño que se difuminan y esparcen en las aulas, sin que los docentes tengan en cuenta otros elementos que puedan facilitar la tarea como lo son las pizarras blancas especiales para el uso de fibras delebles y que no generan contaminación”, señaló la edil.