El presidente de Sbase, Juan Pablo Piccardo, explicó que "el plan consiste en el retiro de los 55 coches Le Brugeoise de cien años de antigüedad, que hoy están funcionando para reemplazarlos por 45 nuevos coches", que fueron comprados por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con recursos de la Nación.
El funcionario porteño precisó, mediante un comunicado, que "es absolutamente imprescindible el cierre de la Línea A para realizar estas adecuaciones, las cuales implican, entre otras cosas, el cambio de potencia, alistamiento, prueba de coches y capacitación de guardas y conductores".
Sin embargo, el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, afirmó días atrás que "los 45 nuevos coches se deberían poner en funcionamiento sin cerrar el servicio", y reiteró que cerrar la Línea A es "una verdadera locura".
"Sólo la insensibilidad de (Mauricio) Macri, quien no entiende la importancia del transporte público para los trabajadores y los comerciantes, puede justificar el cierre total del servicio por casi 60 días", manifestó el funcionario quien concluyó: "A Macri no le interesan ni los usuarios ni los comerciantes".
En tanto, el secretario general de los metrodelegados, Roberto Pianelli, criticó días atrás el cierre de la Línea A y aseguró que Macri "no tiene en claro dónde quiere ir" y que el PRO "no tiene un proyecto para el subte".
El cierre de la Línea A por casi 60 días es "totalmente innecesario", consideró Pianelli, quien recordó que "en todas las líneas se cambiaron trenes y el subte no se paró ni 10 minutos".
En ese sentido, el metrodelegado opinó que "lo que quieren ellos (PRO) es generar un hecho de impacto: cambiar los coches, dar una lavada de cara a la línea y hacer la gran inauguración".
Fuente: Télam