La primera pauta a tener en cuenta es que, desde la muerte del creador del justicialismo -1 de julio de 1974- nunca antes el peronismo había tenido dos caudillos contemporáneos tan fuertes.
A Carlos Menem se le reconoce su carisma y gran personalidad. No es común que procediendo de una provincia chica, un dirigente político llegue tan lejos. Dentro y fuera del movimiento inspirado por Juan Perón.
Eduardo Duhalde, por su parte, revela una enorme capacidad de construcción política en el distrito más difícil, para el peronismo y la clase política en general: la provincia de Buenos Aires. Es un conductor. (Télam)