En la madrugada de hoy, casi todo el Partido Justicialista aliado con el arco conservador y con Zamora, logró archivar el proyecto de juicio político a los integrantes de la "mayoría automática" de la Corte Suprema de Justicia.
Así el menemismo logró mantener el vallado protector armado desde comienzo de los noventa. El resto del peronismo se sometió al "golpe de estado judicial" urdido por ese mismo grupo de jueces a partir del caso Smith.
Durante este dilatado proceso, la UCR mantuvo una actitud coherente y seria. Desde el comienzo, cuando denunció la operación legislativa que imponía el aumento del número de jueces en una sesión trampeada, hasta la votación final, cuando promovió -sin deserciones, ni ausencias- la muy bien fundada acusación de los cinco jueces cuyo alineamiento político todo el país conoce.
A lo largo de ese tiempo, el radicalismo fue acusado de irresponsabilidad institucional por los sectores de derecha, y de pactos secretos con el gobierno por quiénes ejercen el oportunismo desde posiciones pretendidamente progresistas.
Hoy los hechos demuestran que la conducta de la UCR fue clara, autónoma, responsable y sostenida con convicción absoluta.
El tema no está cerrado. El archivo del proyecto debe considerarse un tropiezo circunstancial en un camino esforzado que debemos transitar sin vacilaciones para recuperar al Poder Judicial de la Nación, a partir de los jueces y funcionarios correctos en sus actitudes publicas, independientes en sus decisiones, apoyados en una adecuada formación técnica y honestos en su proceder.
Apoyándonos en esa base, tenemos que continuar con el esfuerzo colectivo de corregir las deformaciones impuestas por el menemismo para garantizar su propia impunidad, y de esa manera, reconstruir el orden institucional apoyado en un Poder Judicial libre de todo compromiso político, idóneo y moralmente impecable.
Buenos Aires, 11 de octubre de 2002
