Se trata de Facundo, séptimo hijo varón del matrimonio Herrera-Arévalo. Hasta el momento hay 180 chicos del país que han realizado el trámite correspondiente en el Departamento de Padrinazgos Presidenciales de la Casa Rosada para que el jefe de Estado de Argentina sea su padrino, quien eligió al vicegobernador para ocupar su lugar durante la ceremonia.

La ceremonia bautismal se realizará en los próximos días en la Parroquia San José Obrero sita en calle Santa Fé y Ayacucho y estará a cargo del padre Julio Alejandro Murúa.

La tradición que se remonta a 1907 dice que los padres de un séptimo hijo varón pueden solicitar que su padrino sea el Presidente de la Nación había quedado en suspenso desde 2001, porque no había presupuesto para comprar la medalla de oro, que es el regalo acostumbrado del mandatario hacia su ahijado. La medalla, que lleva la inscripción  “El presidente de la Nación Néstor Kirchner a su ahijado F. Herrera”, se encuentra en poder de la Vicegobernación para ser entregada al niño. Una vez concretado el acto bautismal se encargará ésta de realizar las gestiones pertinentes ante la Jefatura de Padrinazgo de la Presidencia de la Nación para el otorgamiento de una beca a través del Ministerio de Educación de la Nación para el niño ya que el padrinazgo presidencial consiste además de la entrega de una medalla de oro recordatoria, del otorgamiento de una beca para la escolarización primaria, secundara y terciaria del niño.

La mayoría de los distritos que solicitan esta tradición son del noroeste del país, encabezando el ranking Tucumán, Santiago del Estero y Salta. Esto es así porque la mayoría de los ahijados provienen de las zonas más pobres del país, con familias de muy pocos recursos, como es el caso de la familia del pequeño Facundo.

Un poco de historia

{adr}El padrinazgo presidencial se instituyó oficialmente durante el tercer gobierno de Juan Domingo Perón, a través del decreto 848, y desde entonces se amplió a la séptima hija mujer. Y para seguir con la igualdad de los sexos, en 1974 se estableció el "madrinazgo presidencial", durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón.

La primera condición para solicitar el padrinazgo presidencial es ser argentino nativo, y los cónyuges deberán reunir los siguientes requisitos:

1) Tener siete hijos varones o hijas mujeres, todos vivos a la fecha del bautismo del séptimo, sin que sea impedimento que, entre los siete varones, haya nacido algún otro ser del sexo femenino, o entre las mujeres, alguno del sexo masculino.

2) El padrinazgo se concede al séptimo hijo varón o a la séptima hija mujer, por orden cronológica de nacimiento.

3) Los siete hijos deberán ser habidos en legítimo matrimonio o legitimados los existentes por enlace de sus progenitores de acuerdo a las leyes vigentes, antes del bautismo del séptimo.

4) Los padres deberán acreditar buena conducta y buen concepto moral.

5) De reunir estas condiciones, el interesado deberá remitir a Presidencia de la Nación (Dirección General de Ceremonial) una solicitud redactada en papel simple, a fin de darle el trámite correspondiente y firmada por ambos cónyuges.

El primer caso 

A través de relatos orales se sabe que en 1907 se realizó el primer bautismo con padrinazgo presidencial para revertir el maleficio del lobisón y fue en la localidad de Coronel Pringles. Un inmigrante ruso padre de un séptimo hijo varón importó una tradición que cumplían rigurosamente los zares. El agricultor ruso Enrique Brost solicitó al presidente José Figueroa Alcorta que apadrinara a su hijo.

Los antecedentes del beneficio pueden encontrarse en la "hidalguía de bragueta" que España otorgaba al padre de siete hijos varones o el padrinazgo de Juan Manuel de Rosas para algunos séptimos hijos de las familias negras, presumiblemente para ahuyentar el temor a que el niño se convirtiera en el lobisón.