Revelaron que un soldado del Ejército confesó que durante las guardias se les entregaban listas de personas que debían ser "levantadas" en los operativos organizados por los grupos de tareas
Durante la décimo primera audicencia por delitos de lesa humanidad que se llevan a cabo en esta capital, presidida por Juan Carlos Perez Villalobo, Martín Chacón, afirmó que en septiembre de 1976 su padre, Domingo Chacón (desaparecido), fue sacado de su vivienda en la localidad de Luján, por cuatro civiles que le dijeron a él y a su abuela "somos amigos, lo llevamos a dar una vuelta y lo traemos".
"Cuando lo subieron al auto estacionado en el frente de la casa vimos como lo apuntaban con un arma en la cabeza y no volvimos a saber de él", recordó.
"Mi familia se desmembró totalmente a partir de ese episodio, no volví a ver a mi hermana ni a mi abuela, hasta después de su muerte, conocí a mi madre hace tres años y a mi otro hermano no lo vi por 30 años", dijo.
Martín tenía cinco años cuando ocurrieron los hechos, vivía frente a la comisaría del pueblo donde no recuerda haber visto ningún movimiento cuando se llevaron a su padre y tres días después de lo ocurrido, debió partir hacia Mendoza a vivir con su tío, un policía retirado que lo crió.
Domingo Chacón era secretario municipal, tenía en su casa un taller de grabado de cristales y se lo llevaron sin orden judicial que indicara cargo alguno.
Por su parte, Gustavo García Latorre, hijo de Rafael García (desaparecido) e integrante de la Federación Obrera de Ceramistas de la República Argentina (Focra) en el momento de su detención, recordó como encontró su casa "con la puerta rota por disparos, el piso picado, los libros nadando en agua y todo desvastado", cuando regreso una mañana con su madre, luego de un allanamiento en la casa de sus abuelos.
"En mi casa no se hablaba del tema, pues mi madre nos decía que papá se había ido a trabajar en otro lado, pero en la escuela un compañero me dijo que mi papá era un terrorista, por eso se lo llevaron", dijo.
El hombre indicó que "en una reunión de amigos hace poco tiempo", se encontró con Miguel Angel Villegas, que en un acto de arrepentimiento le relevó que cuando él hacia guardia en el éjercito, "nos daban listas con las personas que teníamos que levantar y entre ellos estaba tu padre. Yo recibía órdenes y a tu padre lo buscamos durante una semana".
Finalmente Gustavo afirmó que por indicios que le dio su hermano que trabaja en una fabrica de premoldeados en el parque industrial sur, existe un "enterramiento de huesos oseos humanos" que pueden ser los de su padre y sobre los que no ha hecho aún, averiguación alguna "por temor a que sea él".
También declaró hoy, Isabel Galdis Lucero de Palma, la ex policía testigo de las torturas que sufriera en cautiverio Lucy María, quien afirmó ante el tribunal todos los dichos con los que la victima conmocionó a la sala en la audiencia anterior.
La mujer aseguró que se jefe en ese momento, Ronal Wenceslao Morales, ante su pedido de asistencia a Lucy que se encontraba en muy mal estado le dijo que "usted quiere mover una pared con la mano. Cuando una persona es comunista no cambia. Si yo tuviera un hijo o una hija comunista les pego un tiro".
Pese a todo Lucero de Palma consiguió el permiso de asistencia a Lucy que "dormía en cuclillas en una silla en su pequeño calabozo lleno de ratas y se desmayaba cada vez que escuchaba la voz de Morales".
"Ella decía que era la voz de quien la sacaba de noche, la torturaba y la vejaba en dependencias de la V Brigada Aerea de Villa Reynolds".
Destacó la actuación del médico Luis Darnay, que la asistió a su pedido y amenazó a Morales con culparlo si algo le ocurría a Lucy en esas dependencias, logrando su traslado al Hospital de Villa Mercedes y su posterior liberación.
Aclaró que Lucy fue detenida, según sus propios dichos, por integrar una agenda de un compañero de estudios que la invitó a una reunión de la que ella se fue "cuando se dio cuenta que no era un encuentro de la facultad sino una reunión comunista".
Fuente: Télam
