Lucía fue clara al ordenar a sus colaboradores que se mantengan al margen de discusiones estériles y rencillas vinculadas con la cuestión político partidaria, y que concentren todos sus esfuerzos en avanzar con las tareas de gestión que mejoren la vida de los catamarqueños.
Pidió también que se fortalezcan los canales de cooperación e interacción entre las distintas áreas y organismos del Estado, para hacer de la tarea pública una labor cada vez más eficaz, desde los altos estamentos hasta la última repartición.
“Este es un año en el que muchas de las gestiones que iniciamos tienen finalmente respuesta, son muchas acciones simultáneas y es nuestra responsabilidad articular de la mejor manera su ejecución para mejorar la vida de la gente: nadie dentro de mi Gobierno puede tener otro objetivo”, sentenció.
En ese marco mencionó obras trascendentes en materia de servicios públicos, obras públicas, salud, educación, seguridad, vivienda, viales y programas culturales, turísticos y deportivos.
Insistió además en que la generación de empleo es eje excluyente de esta etapa de su gestión, interpretando el trabajo como herramienta de inclusión.
“Nosotros trabajamos con la persona como eje y fundamento de toda acción de Gobierno, y jamás se puede perder de vista esta premisa, porque es la esencia de la igualdad de oportunidades y la justicia social que prometimos”, sostuvo la mandataria.
En sus directivas, la Gobernadora se mostró optimista, y con plena convicción para conducir esta nueva etapa en la provincia.