Si bien ambas ONGS se definen como "independientes" de los partidos políticos, la realidad dice otra cosa: en los últimos años, Poder Ciudadano y Cippec se han caracterizado por haber nutrido de cuadros políticos a algunos partidos de la oposición.
En este sentido, los dos ejemplos más relevantes son los de la diputada nacional Laura Alonso, ex directora ejecutiva de Poder Ciudadano, y Nicolás Ducoté, ex presidente de Cippec y actual subsecretario de Asuntos Políticos en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Alonso, quien saltó a la política en 2009, se ha convertido en los últimos meses en una de las figuras de más alto perfil del macrismo en el Congreso, donde protagonizó varios escándalos, que incluyeron el cruce de insultos con algunos diputados que no piensan como a ella le gustaría que piensen.
En cambio, el recorrido de Ducoté ha sido más complejo, y en muy poco tiempo que lleva en la política partidaria ya estuvo en dos organizaciones: primero formó parte de los promocionados "equipos técnicos" de Francisco De Narváez, hasta que en 2011 decidió pegar el salto al macrismo, disconforme por no haber sido incluido en un lugar expectante de las listas de diputados para las últimas elecciones.
Pero Ducoté no es el único integrante de Cippec de estrechos vínculos con la política en sectores que no son muy afines al kirchnerismo: Miguel Braun, uno de los fundadores de la ONG, es director designado por el macrismo en Banco Ciudad; Jorge Giacobbe, vocal de Cippec, fue asesor del intendente de La Plata, Pablo Bruera; mientras que otro vocal, Guillermo "Willie" Stanley, es el papá de Carolina Stanley, ministra de Desarrollo Social de Macri.
En Poder Ciudadano, la relación con la política tampoco está ausente: su actual presidente, Daniel Arroyo, fue ministro de Desarrollo Social de Daniel Scioli hasta 2009, en tanto que en el Consejo de Administración de la organización hay dos personas que trabajan para el Grupo Clarín: su gerente de comunicación institucional, Martín Etchevers, y el abogado de Grupo, Hugo Wortman Jofre.
Otro aspecto curioso de Poder Ciudadano y Cippec es su relación con el mundo académico: si bien se trata de dos organizaciones que se definen comprometidas por "lo público", cuesta mucho encontrar en sus respectivos staff a investigadores o profesores reconocidos de Universidades Públicas.
Por el contrario, abundan docentes de Universidades privadas como la Di Tella o San Andrés, que a pesar de pregonar permanentemente cierta "objetividad académica" se rigen aún con preconceptos mediáticos del estilo "barones del conurbano" o "aparato peronista" a la hora de establecer razonamientos y conclusiones en sus análisis.
Un último detalle de ambas organizaciones es el referido a la transparencia interna: no termina de quedar muy claro, al menos desde la información que se encuentra disponible en sus portales, cuáles son sus fuentes de financiamiento.
Aunque desde su página web reconoce como aportantes a la Embajada británica, la de Canadá, el BID, el Banco Mundial, la Fundación Ford y Transparency Internacional, Poder Ciudadano no presenta reportes de sus balances desde 2010.
Cippec en cambio, tiene actualizada la publicación de sus memorias, pero no detalla los montos de los "convenios" realizados con los gobiernos provinciales y municipales que han requerido sus servicios a través de contrataciones directas, es decir, sin ninguna clase de licitación o concurso previo.
Fuente: Télam