Dijo también que si bien las aguas subterráneas“suelen ser más difíciles de contaminar que las superficiales, cuando esta contaminación se produce es a la vez más difícil de eliminar” Explicó en este sentido que las aguas del subsuelo tienen un ritmo de renovación lento.
Los acuíferos de la zona del salar,“tienen una cierta capacidad de autodepuración, mayor o menor según el tipo de roca y otras características. Las sustancias contaminantes, al ir el agua avanzando entre las partículas del subsuelo se filtran y dispersan y también son neutralizadas, oxidadas, reducidas o sufren otros procesos químicos o biológicos que las degradan. De esta manera el agua va limpiándose” Sin embargo Saadi sostuvo que las posibilidades de depuración en el acuífero son limitadas y que el mejor método de protección, por lo tanto, es la prevención”