El citado programa tiene por objetivo fundamental dotar a los hogares del interior provincial de mejores condiciones de habitabilidad y funcionalidad, a cargo del Estado provincial. Estará destinado a los hogares con residencia habitual, ubicados en parajes alejados o que constituyan agrupamientos poblacionales de menos de cincuenta (50) habitantes, atendiendo la concepción arquitectónica e idiosincrasia de sus pobladores.
La iniciativa prevé que la Dirección de Estadística y Censos de la Provincia informe anualmente a la Secretaría de Vivienda y a la Subsecretaría de Asuntos Municipales, todos los datos inherentes a los parajes y agrupamientos poblacionales del interior provincial que se enmarquen en la situación precitada, y la proyección estimada de crecimiento poblacional.
La Secretaría de Vivienda, en coordinación con la Subsecretaría de Asuntos Municipales, tendrá a su cargo el análisis, priorización y presupuestación del programa, el que anualmente se imputará en el presupuesto general de la provincia. Los municipios y sus delegaciones comunales serán responsables de detectar las necesidades imperantes, exponer y gestionar la implementación del programa ante los organismos provinciales. También, deberán ejercer el control y seguimiento de la ejecución del mismo.
La propuesta legislativa señala que la Secretaría de Vivienda, por intermedio del sector que corresponda, relevará en cada paraje o agrupamiento poblacional, la necesidad habitacional de cada familia, conforme al número de sus integrantes, establecerá un orden de prioridad de las ejecuciones (baño, cocina, dormitorio y otros), determinará un orden de prioridad entre las familias del lugar y concretará un acuerdo con el beneficiario sobre los diferentes tipos constructivos. Este mismo organismo, a través de un equipo técnico especializado, deberá resolver los problemas de ejecución, fortaleciendo la conciencia solidaria entre los habitantes del lugar, a los fines de aprovechar y revalorizar los saberes y experiencias de los mismos.
Las ejecuciones de la obra civil se realizarán utilizando preferentemente materiales del lugar. Deberá preverse el abastecimiento de materiales y elementos especiales para completar las diferentes ejecuciones. Será pasible de las sanciones que prevea la reglamentación de la ley toda persona física que fomentare, incidiere o efectuare diligenciamiento o gestiones tendientes a desvirtuar el espíritu y la efectividad real del programa.
Vega y Castillo, en los fundamentos del proyecto, consignan que los pueblos del interior, “donde las concentraciones poblacionales eran importantes, fueron decayendo paulatinamente, donde principalmente las grandes construcciones habitacionales ya derruidas, dan testimonio de ello”. Agregan, en este sentido, que “las poblaciones del este y el oeste provincial, que hasta mediados de del siglo XIX y hasta avanzada la mitad del siglo XX, fueron polos de desarrollo económico, además de importantes referentes culturales, se han convertido en espacios geográficos donde pocos, tercamente, se resisten a partir”.
Indican más adelante que “si revisamos la historia advertimos que los departamento Ancasti, La Paz, Santa Rosa, El Alto, Belén, Andalgalá, Pomán y Tinogasta tuvieron un importante protagonismo político, económico y cultural, referenciado en hombres y mujeres que se proyectaron a nivel provincial y nacional. La actividad económica fundamental se sustentaba en la explotación de bosques y la producción agrícola ganadera y sus derivados, pero la no sustentabilidad de la explotación forestal, por ejemplo la tala indiscriminada, fue dejando en pocos años campos diezmados, cambios climáticos adversos, escasez de pasturas, grandes extensiones de suelo improductivo, familias sin recursos y lo inevitable: el éxodo devastador, consecuente, irremediable”.
Tras señalar que “los descendientes de las familias del interior que concentraban el poder económico, político y social, tuvieron por cierto posibilidades de acceder en las ciudades a otro status de vida, que les abrió otras puertas e hizo más fácil su inserción en el mercado laboral y en el espacio social adecuado”, remarcan que en contrapartida “los trabajadores rurales que realizaron el trabajo más arduo y esforzado, que organizaron su vida y su futuro sobre la base de esas actividades, que transmitieron a su descendencia sus saberes, la convicción y la cultura del trabajo, sintieron esos espacios donde nacieron y vivieron, como su lugar de pertenencia”.
“Los muchos que se quedaron en sus lugares de orígenes, por diferentes limitaciones (físicas, apego familiar o indecisión), son en su gran mayoría descendientes de esas familias de trabajadores rurales, que hoy se debaten en la marginalidad de los asentamientos de la ciudad Capital, de las ciudades cabeceras o en la soledad y el desamparo de los pueblos del interior provincial”, amplían.
Enfatizan que este proyecto “forma parte de las acciones imperiosas en la lucha contra la pobreza estructural, la recuperación del bienestar general en lo atinente a lo emocional y económico, a la posibilidad de ascenso social e intelectual y el fortalecimiento cultural de nuestro pueblo, mediante el reafianzamiento del concepto de comunidad con identidad cultural, autonomía política y respaldo moral, dentro del ámbito nacional y continental”.
“Revalorizar estos saberes, poner en valor su trabajo y los materiales de la zona, se estará contribuyendo a recuperar el orgullo de las comunidades de vivir donde viven, elevando su autoestima y su sentido de pertenencia. En síntesis, ayudarles a vivir mejor y amar lo que tienen, redundaría en su beneficio personal y social, y seguramente disminuirá el éxodo”, completan.
