"Se viene un nuevo país", dijo el gobernador, como para romper el hielo a una jornada que debió ser festiva, pero que se cerró con una improvisada caravana por la plaza Independencia, sin grandes estridencias, ni fuegos artificiales, como fue en otro momento.
Minutos después de las 21 de ayer, Alperovich, su esposa, la senadora electa Beatriz Rojkés, el también senador electo, Sergio Mansilla, y el diputado electo, Osvaldo Jaldo, improvisaron una conferencia de prensa en el Salón Blanco. "Estaríamos ganando la elección colocando dos senadores y cuatro diputados nacionales. Esto no nos da derecho, sino obligaciones. Ganar una elección así, después de seis años de gobierno, significa trabajar fuerte y duro para no fallar a los tucumanos", destacó el gobernador ante sus simpatizantes. Luego, su esposa, lanzó críticas veladas hacia otras nóminas de candidatos. "No hemos improvisado absolutamente nada, no nos inventaron un candidato a último momento, ni tenemos ningún paracaidista de la política en nuestra lista que está integrada por militantes y gente comprometida", puntualizó la actual diputada.
Con el conteo de los votos, el clima del oficialismo fue desnudando las razones de aquella fiesta sin euforia. El alperovichismo obtuvo una banca menos de diputados que lo que se prevía en las encuestas del politólogo Hugo Haime. En el análisis meduloso, Alperovich seguía inquieto por la dura derrota kirchnerista en el país.
En su despacho privado, el desfile de políticos fue incesante. La mayoría de ellos le ofreció el triunfo de ayer y la derrota de Fernando Juri, la cabeza visible de Unión Pro Federal, en cada circuito y jurisdicción electoral. Paradojas de la política: uno de los primeros legisladores en ingresar al despacho del gobernador fue Fernando Juri Debo, primo del candidato derrotado.
La encuesta volvió a fallar. Según algunos funcionarios, los sondeos daban a Juri con amplias probabilidades de quedarse con una banca en la Cámara Alta. "La buena elección de José Cano no deja de ser una sorpresa agradable: en Tucumán se consolida el bipartidismo", reflexionó Alperovich frente a los legisladores Roque Alvarez, Sisto Terán y Alejandro Martínez. Según estos dirigentes, lo destacable de los comicios fue "la muerte definitiva de Fuerza Republicana como partido provincial".
El porcentaje que no fue
El humo de los choripanes desdibujaba una noche contradictoria para el oficialismo que no había alcanzado el porcentaje de votos previstos (el 65% del total de sufragantes). El Gobierno se empachó de triunfalismo mucho antes de que la tendencia diera a la oposición una banca de diputado. De todas maneras, se conformó con observar que, en el contexto nacional, Alperovich fue uno de los gobernadores que ganó con mayor diferencia en el país, pese a su cercanía con los Kirchner, ausentes en los afiches de campaña. Alperovich cerró la jornada con la misma reflexión. "Se viene otro país", insistió Alperovich, quien cree que hoy será un día de definiciones en el Gobierno nacional.
Fuente/ lagaceta.com.ar