Hasta el momento el cordobés mantuvo su bajo perfil y evitó involucrarse en las distintas disputas de la casa.
Así permaneció alejado de las grandes luchas por el cetro del hogar. Desde tiempos de la pelea de Vanina contra Griselda y su gente, hasta la más reciente y cruenta entre Marianela y Nadia, el cordobés supo mantenerse ajeno al conflicto.
Sólo cayó una sola vez en la nominación pero en una rara maniobra que representó un hecho histórico en Gran Hermano, aquella vez Juan no emitió votos y quedó nominado por reglamento.
Aquella vez integró un trío de nominados del que salió indemne, siendo el menos votado.
En esa ocasión quedó en el banquillo junto a Leandro y a la entrerriana Silvina, quien fue finalmente la eliminada en ese caso.
Pero sabedores del poder que tiene Juan entre la gente, la mayoría de sus compañeros optaron por no nominarlo en cada una de las votaciones.
Es que conociendo su perfil bonachón y a la vez carismático, el resto de los chicos prefirieron no votarlo, e impedir quedar en una nominación con el peligroso cordobés.
Pero hace unas semanas que el perfil de Juan dio un vuelco notable. Ya no es tan contemplativo con los demás y se planta en actitudes más firmes y conflictivas.
Así transcurrió su último discusión con Griselda, donde las cosas fueron in crescendo. "Ni a una mujer respetás" le había dicho en aquella ocasión la mendocina a lo que Juan respondió: "A una mujer si, a vos no".
Tampoco evitó los roces con otros chicos de la casa como Gabriel y Sebastián, quienes le pedían que diera su opinión al respecto de la lucha que divide a la casa en dos reconocidos grupos.
Otro item diferente en su juego es su renovada facilidad a la hora de nomina. Ahora lo hace sin tanto dolor, acostumbrado a la rutina del juego.
Pero Juan sabe que debe sostener su buena imagen, que hasta ahora lo tiene como uno de los serios candidatos al premio mayor. El tiempo dirá si logra ese objetivo.